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viernes, 17 mayo, 2024
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Transición energética y debate

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Por: ROGELIO CÁRDENAS VARGAS •

Prometer no empobrece, los buenos deseos no son realidades y muchas veces ni siquiera son posibles. Plantear ideas en un “debate” como el ejercicio del pasado domingo, donde no se pueden desarrollar correctamente las ideas y mucho menos contrastarlas, genera más dudas que respuestas, ¿qué piensan hacer? ¿Cómo lo piensan llevar a cabo? ¿en qué se basan para proponer eso?

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Durante el debate se tocaron temas económicos, sustentabilidad y desarrollo, como viene siendo la tónica de estos ejercicios, con preguntas ciudadanas y la moderación de las intervenciones que realmente poco hacen para profundizar en las plataformas electorales. En esta ocasión, como el título lo menciona, me centraré en la parte energética del debate.

Vivimos un periodo de sequía cíclica que nos hace tener en la mente los efectos de una crisis climática derivada del uso de los hidrocarburos, haciendo, que el discurso de la “transición energética” sea muy atractivo para los ciudadanos en época electoral.

Durante el debate del domingo pasado, los candidatos expusieron someramente lo que sería parte de su política energética en el caso de verse favorecidos con el voto popular; obviamente las energías renovables fueron parte de las propuestas con la llamada transición energética, que no está mal, pero se debe primero aclarar ¿qué se entiende por transición energética?

Existen diferentes definiciones para este concepto, y depende, en gran medida, de los alcances de cada país en su sistema energético y económico, por lo que no existe una sola definición para este término. Si nos basamos en lo expresado por la candidata Xóchitl Gálvez, para ella sería emplear un 100% de energías limpias dentro de 25 años; Máynez y Sheinbaum no mostraron una propuesta que nos ayude a entender, cuál sería su definición, pero sí, el tipo de políticas a emplear, para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, impulso a las energías renovables y fomento al uso del transporte masivo, principalmente.

Estos dos últimos, desde mi óptica, son propuestas más alcanzables y que generan mayor estabilidad en el suministro de energía, que la propuesta hecha por la candidata Gálvez, que aunque a priori, es la más atractiva al oído, su implementación no es tan fácil como parece.

Alcanzar una independencia total del uso de combustibles fósiles (gas natural, petróleo, carbón) del sistema energético de un país es tan complicado por las variables e implicaciones técnicas, que resulta hasta la fecha, una utopía energética, si no hacemos uso de tecnologías como la energía nuclear, para estabilizar la producción de energía por las fluctuaciones de la naturaleza de las energías llamadas limpias y la energía nuclear no está contemplada por ninguna candidatura.

Sumado a las dificultades técnicas de las energías renovables, esta pendiente el tema del mercado energético, que es donde realmente hay una diferencia entre las visiones de los candidatos, claramente, tanto Máynez como Gálvez, apuestan por un libre mercado, mientras que Sheinbaum por un estado rector del sector energético, que busque garantizar una seguridad energética para un buen desarrollo social.

Falta un debate presidencial, pero por lo visto hasta el momento, en mi opinión, resulta un ejercicio que aporta más circo que claridad, esperemos el último sea la excepción. 

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